11 octubre 2014

Reconocer el trabajo detrás del arte y descentralizar los escenarios

Mokape es una cooperativa de trabajo que armaron los músicos de tres bandas locales, a la que se fueron sumando fotógrafos, diseñadores gráficos, artistas plásticos y hasta un sonidista. Surgió a mediados de este año, impulsada por la necesidad de trabajar en forma autogestionada y la voluntad de generar otros circuitos culturales organizando eventos en los barrios y en espacios públicos. 


   Su nombre se formó a partir de las bandas que la armaron: De Mochilas, Kavure'i y Pepe Cuervo y la Sonora Inestable, todas ellas ligadas a la música popular latinoamericana. Hasta el momento se presentaron en conjunto en dos oportunidades, la primera en Plaza Italia en el marco del Festival por la Cultura Posta –realizado en simultáneo en siete espacios diferentes de la ciudad– y una segunda vez en una fiesta organizada por ellos mismos en el bar Guajira (49 entre 4 y 5).

   Según explicó Santiago Páez, músico y miembro de Mokape, en diálogo con Comunidad al Palo!, uno de los principales objetivos del colectivo es “descentralizar la cultura y el arte, que no todo pase por el centro sino también poder arrimarlo a sectores marginados de la sociedad o excluidos del circuito artístico”. Esa es la mentalidad con la que buscan organizar eventos en espacios públicos o kermesses en los distintos barrios, a los que pueda asistir toda la familia y tratando de no excluir a nadie. “La idea fue pasar una gorra y que el que quiera y pueda colabore, sin negarle el arte a nadie”, ejemplificó Santiago haciendo referencia a la movida en Plaza Italia. 

   El otro de los objetivos fundantes de la cooperativa tiene que ver con la condición de trabajadores del arte de sus integrantes y, explican, está ligando con la falta de reconocimiento de su esfuerzo que reciben en la mayoría de los escenarios de la ciudad. “Hay muchos lugares que te cobran para tocar y hay muchos músicos que están creyendo que eso tiene que ser así y están acostumbrados”, relató el músico, y agregó que pareciera que el arte “fuese un juego o un hobby, y no se entiende el trabajo que hay detrás de todo eso”.

   Además de los eventos que seguirán organizando –la próxima fecha será el 18 de octubre–, para fortalecerse como cooperativa están pensando en armar un fondo común con el que puedan responder a los problemas que vayan teniendo, como la rotura de instrumentos y artefactos de sonido. También esperan conseguir un lugar físico y convertirlo en una sala de ensayo “para que las bandas que no tengan un lugar de ensayo, puedan ensayar a precios populares”. 

Visibilizar problemáticas y articular experiencias

   Lejos de encerrarse en sí mismos, las integrantes de la cooperativa se muestran abiertos al diálogo y la participación con otros artistas a los que les interese trabajar en forma autogestionada o ya estén encarando propuestas similares. Eso los lleva a proyectar ideas y propuestas para el mediano plazo, como la posibilidad de hacer un programa de radio para difundir grupos musicales, buscando reforzar el reconocimiento del arte como producto del esfuerzo e “intercambiar trabajo con otras bandas”.

   Tampoco descartan la posibilidad de publicar una revista, para entrevistar bandas y cooperativas de arte y buscar solución a los obstáculos que tienen los artistas “para llegar a transmitir y llevar su arte a todos lados”, proyectó Santiago Páez.

   En la búsqueda de nuevas herramientas para fortalecerse como cooperativa de trabajo, el viernes 3 de octubre participaron de una charla en el auditorio de la Facultad de Bellas Artes a la que asistieron integrantes de la Federación de Cooperativas de Trabajo (FECOOTRA) y la Unión de Músicos Independientes (UMI). También participaron de la jornada representantes del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCo) y la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA).

Entrevista a Santiago Páez, Mokape.