El pedido fue realizado por diversas
comunidades indígenas que también solicitaron que el Estado nacional y el Museo
de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) pidan perdón por su rol durante
la conquista de tierras y el exterminio de sus pueblos. La iniciativa fue
acompañada por un colectivo de investigadores que se encarga de establecer
diálogo con las comunidades y acompañar sus pedidos de restitución.
El Grupo Universitario de
Investigación en Antropología Social (GUIAS) dio a conocer a fines de junio un
pedido de restitución masiva de cerca de 10.000 restos humanos que aún se
encuentran en los catálogos del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Se
trata de restos de personas indígenas, muchas de ellas muertas a raíz de cortes
de machete, hacha, sable u orificios causados por armas de fuego. Las comunidades
que realizaron el reclamo exigen también que tanto el museo platense como el
Estado argentino pidan perdón como forma de reconocer el daño perpetrado a sus
pueblos.
Según ha divulgado el colectivo GUIAS,
se estima que en el Museo de La Plata se encuentran cerca de 10.000 restos de
indígenas, de los cuales hay alrededor de 6.000 cráneos, muchos de ellos
pertenecientes a lonkos o caciques de
los principales pueblos originarios de la región. En diálogo con Comunidad al Palo! la antropóloga y
docente del colectivo GUIAS, María Andolfo, expresó que esta iniciativa
constituye el tercer pedido de restitución masiva que se realiza en nuestro
país.
Andolfo explicó que esta
iniciativa guarda estrecha relación con la gran cantidad de restos que hay en
el museo platense, y con la dificultad de realizar restituciones individuales
de cada uno de ellos. “Como estos restos tienen algún tipo de pertenencia, un
lugar donde fueron muchas de estas personas asesinadas y después llevadas al Museo
de La Plata, lo que se pide es esta restitución masiva para acelerar un poco
esta cuestión”, manifestó.
Cuadro del Toki Calfucurá y bustos de los Lonkos Saihueque, Inakayal, Foyel y Namuncurá, Museo de La Plata. Fuente: GUIAS |
En junio de 2012 ya se había
realizado la restitución masiva de restos de más de 50 niños/as, mujeres y
hombres, pertenecientes a la comunidad mapuche-tehuelche Monguel Mamuel de
Viedma, Río Negro, que se encontraban en el Museo Tello de esa ciudad.
En mayo de 2013 la comunidad Ceferino Namuncura-Valentin Saihueque de la
localidad de Gaiman, Chubut, había logrado que le sean puestos a disposición
los restos de 13 mujeres, hombres y niños/as.
Estos procesos de recuperación de
restos se enmarcan a su vez en lo que determina la Ley Nacional N° 25.517, según
la cual los restos mortales que estén en museos y colecciones deben ser puestos
a disposición de “los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que lo
reclamen”. La norma fue reglamentada por el decreto 701 del año 2010, y es el
Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) el organismo que debe coordinar,
articular y asistir el cumplimiento de las acciones de restitución.
Prisioneros de la ciencia
Perito Moreno, fundador y primer director del Museo de La Plata (1884/1906). Fuente: GUIAS |
Por esos años (1879/1885) tuvo
lugar la llamada Campaña del Desierto que extendió las fronteras del Estado
nacional hacia el territorio de las actuales provincias de Río Negro y Neuquén,
y que consagró a Julio A. Roca como principal candidato a la presidencia del país.
Se estima que el saldo de aquella campaña fue de miles de indios muertos, otros
14.000 reducidos a la servidumbre y, además, 15.000 leguas cuadradas disponibles
para la explotación económica o la especulación de precios. Es por tal motivo
que desde GUIAS afirman que el actual Museo de Ciencias Naturales formó parte
de una trama de instituciones y discursos que justificaron el genocidio que el Estado
de fines de siglo XIX perpetró contra los pueblos originarios.
En ese sentido, Andolfo expresó
que “la idea del museo era mostrar a todas estas poblaciones como inferiores,
como salvajes, para demostrar que en realidad había que sacarlos de donde
estaban y poner a producir esas tierras dentro de los límites de la nación”. De
este modo los antropólogos advierten sobre la presencia y continuidad de un
discurso científico justificador del genocidio, que mostró a los indígenas como
etnias en extinción, ubicándolos dentro en una escala evolutiva cuyo eslabón
más alto era el hombre blanco.
Debates al interior de las disciplinas
El hecho de que se estén
realizando cada vez más pedidos de restitución, o que algunos se hagan en forma
masiva, está generando actualmente ciertas instancias de debate sobre la
posición que los museos deben tomar respecto de estas reivindicaciones. En lo
que ya se ha avanzado es en el hecho de que no se continúen exhibiendo restos
óseos humanos, y las discusiones actuales se orientan hacia la necesidad de
respetar y acompañar los pedidos de restitución que realicen las comunidades. Parte
del debate de antropólogos y arqueólogos se relaciona también con la importancia
de que los emprendimientos científicos se lleven a cabo con el expreso
consentimiento de las comunidades que se encuentren involucradas en ellos.
En La Plata, una de las
instancias de reflexión sobre el tema fue el IV Taller de Discusión sobre
Restitución de Restos Humanos que se realizó en abril de este año en el Museo
de Ciencias Naturales. En esa oportunidad se compartieron las experiencias de diversos
museos y de grupos de investigadores que realizan trabajos de co-gestión con
comunidades originarias. Durante dichos encuentros se resaltó la importancia de
que los museos del país definan políticas que sean coherentes con las demandas efectuadas
por los pueblos.
“Al interior del museo y de la
comunidad antropológica ha habido mucha discusión”, explicó la antropóloga y docente
que integra el colectivo GUIAS, y destacó que en algunos lugares de Estados Unidos,
Australia y Nueva Zelanda ya se reconocen avances en la práctica científica. No
obstante, hizo también hincapié en que muchas veces la propia academia se posiciona
como censora respecto de “quiénes son los verdaderos habitantes del lugar, los
verdaderos descendientes de esas personas cuyos restos los arqueólogos van a
trabajar, si hay más de una comunidad cuál es la que tendría más derechos sobre
ellos”, entre otras cuestiones.
Entrevista a María Andolfo, antropóloga y docente integrante del Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social (GUIAS).